Foto: Sandra Bracho – El Nacional
Esta es la entrevista de Andrés Rojas que publica “El Nacional”:
–¿Cómo funcionará ese apoyo de los bancos privados a las personas que tenían sus cuentas en las instituciones intervenidas?
–El viernes llegamos a un acuerdo. Estuvimos reunidos en el Banco Central de Venezuela trabajando con el Gabinete Económico y con el superintendente de bancos. Revisamos los detalles que harán posible no sólo que los cinco bancos mencionados se incorporen al proceso de facilitación de pagos a los depositantes de los bancos intervenidos, sino que también la idea es ampliar todo el sistema bancario para cumplir la promesa del Presidente, de que antes del 23 de diciembre todos los depositantes con montos iguales o menores a 10.000 bolívares hayan podido recuperar su dinero. Hay que destacar este loable esfuerzo que no tiene precedente.
–¿Este mecanismo implica que estos cinco bancos privados absorberán las cuentas de los bancos intervenidos?
–El proceso que se tiene previsto es que por Internet, o por cualquiera de las oficinas de estas entidades, el cliente presente su planilla de depósito en la que coloca sus datos y especifica en que banco intervenido tiene sus recursos, y escoge a cuál quiere que se le haga la transferencia.
–¿Los bancos van a recibir recursos de Fogade para cumplir con esos depósitos?
–El Banco de Venezuela suscribió un acuerdo con Fogade, y a través de la Cámara de Compensación Electrónica se hará la transferencia directamente para pagar a los clientes que nos sean referidos. Con la información que nos fue suministrada, prácticamente 95% de los depositantes de los siete bancos intervenidos recuperará la totalidad de sus recursos. En justicia debo decir que el mérito fundamental lo tienen el Banco de Venezuela y Fogade. Han organizado en tiempo récord toda la dinámica y han llamado a la banca privada para ampliar la red y evitar concentraciones inconvenientes. De esa manera se dará más amplitud y comodidad a los clientes. Creo que va a ser un proceso dinámico, sencillo y expedito.
–¿Qué pasa con los créditos de los bancos intervenidos? ¿Serán atendidos por estos cinco bancos?
–Eso no está previsto en la primera fase. No se nos ha pedido que atendamos las carteras de crédito. Pero no está demás decir que la banca privada acudió al llamado del Gobierno y nos comprometimos a ayudarlo en todo lo que necesite. Resaltaría que la decisión del Ejecutivo de pedir cooperación a la banca privada es una demostración de que el Gobierno está haciendo un esfuerzo por evitar contagios sistémicos. No hay razón para que eso suceda. Es perfectamente posible un sistema bancario mixto en el que puedan coexistir bancos privados y públicos.
–Pero el Presidente habló de la estatización y dijo que banco que se resbale será intervenido
–Yo entendí la declaración del Presidente. Cuando dice que banco que incumpla debe ser intervenido, estamos absolutamente de acuerdo, porque se trata de aplicar las leyes con todo el rigor. Yo me siento profundamente orgulloso de ser banquero, amo mi profesión. En el gremio hay gente profesional, seria y competente, pero es doloroso escuchar que seudoempresarios compren una institución bancaria para cometer irregularidades y se les llame banqueros. Son personas sin tradición en el sector.
–¿Eso explica que en el comunicado de la Asociación Bancaria y del Consejo Bancario se señalen a empresas o personas que incursionaron en el sector “sin poseer la trayectoria ni las credenciales suficientes?”.
–Clarísimamente. Era fundamental hacer una diferenciación entre los banqueros que se han comprometido con el país, que tienen toda una vida de esfuerzo y cumplen a cabalidad su rol de intermediadores; y aquellos recién llegados al negocio que definitivamente no cumplieron con su trabajo.
–Algunos analistas señalan que inicialmente el presidente Chávez trató de meter en un mismo saco a todos los banqueros, ¿comparte esa apreciación?
–No la comparto. En todos estos días hemos tenido una estrecha comunicación con el Gabinete Económico.
–En el mundo de los banqueros se sabe que las instituciones intervenidas ni siquiera tenían 10% del volumen de depósitos, pero la gente común percibe que son muchos bancos intervenidos, ¿cómo hacer para que la gente comprenda la diferencia entre esta situación y la crisis de 1994?
–Las diferencia sustantiva está en el modelo bancario de aquel momento, que era corrupto: había muchas autocarteras, una débil supervisión, ausencia de banca internacional y en esa crisis estuvieron involucrados varios de los bancos más grandes del sistema. En cambio, la situación actual se registró sólo en pequeños bancos, y contamos con mecanismos de supervisión más severos.
–¿No fue el mismo Gobierno el que permitió que estos empresarios jugaran a ser banqueros para desplazar a los que ya estaban?
–Este nerviosismo que hemos tenido en los últimos días tiene que ver con una particularidad: es sumamente inconveniente mezclar banca con política. En Banesco tenemos la responsabilidad con más de 6 millones de clientes, una parte será del oficialismo y otra de la oposición.
–¿Y los ni-ni?
–Seguramente tendremos ni-ni. Lo cierto es que los banqueros estamos llamados a mantenernos fiel a lo que somos, es decir, banqueros.
–¿Con estas intervenciones se consolida la hegemonía de la banca pública o todavía falta más?
–El Presidente, como todo actor o emprendedor, aspira a tener la mayor cuota de mercado. Si lo juzgamos por el número de instituciones del sector público, teniendo esa joya como es el Banco de Venezuela más las instituciones intervenidas que se van a rehabilitar, vemos que cuenta con una capacidad instalada suficiente para competir. No sé si para controlar 50% del negocio, pero eso dependerá de cómo lo haga la gerencia operativa.
–¿Cómo hacer para mantener un banco solvente y con liquidez cuando se está en recesión y las tasas de interés son negativas?
–Ciertamente es difícil disociar lo que sucede en la economía con lo que ocurre en la banca. Si bien es cierto que 2009 ha sido un año de contracción económica, hay que admitir que los cinco años anteriores fueron de gran abundancia. La banca tuvo un crecimiento importante con tasas promedio de 60% anual, lo que permitió capitalizar mejor nuestras instituciones y hacer fuertes inversiones en tecnología.
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